martes, 27 de diciembre de 2011

El sol reflejado en varias partes de la habitación anuncia un día más. Un día relajado para unos. Atareado para otros. Un día especial para aquellas personas que hoy tengan algo que celebrar o algo que recordar. Un día como otro cualquiera para los que tengan una vida monótona o al menos crean tenerla. Un día con alegrías o un día con penas. Un día de este año al fin y al cabo. Y para mí, un día más amándote. Éstos son los mejores días de todos, los que no cambio por ninguno y nunca cambiaré. Un día que empieza cuando abro los ojos y sonrío porque sé que aunque no te tenga a mi lado, te tengo. Y el día sigue así, yo sonriendo porque te pienso. Y vuelvo a sonreír, una y otra vez. E incluso habrá gente que no entienda el porqué sonrío cuando nada a mi alrededor me da razones. Pero yo sigo sonriendo. Y así pasan los días, entre sonrisas y palabras. Días casi perfectos porque me faltas tú aquí conmigo. Días ilusos e ilusionados. Días de palabras y besos al aire. Días de tonterías y sensateces. Días de hablar mucho y callar poco. Días de aprender y de enseñar. Días de amor. Días de sorprender. Días dónde tú eres el protagonista de cada uno de ellos. Y sé que de éstos y de otros muchos tipos tendremos hasta que no queden días.

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