sábado, 14 de enero de 2012

-P.

Verte casi todos los días, oler tu piel como si fuese la primera vez, escuchar tu voz tan dulce que tienes y siempre tuviste, verte de reojo y ver que me estas mirando, entonces se me pone la piel de gallina y lo único que puedo hacer es dedicarte una pequeña sonrisa mientras mis mejillas se ponen rojas a mas no poder. Puedo sentir el calor del sol cada vez que te acercas, porque cada vez que me tocas, te juro que me derrito. 
Y se que vales la pena, porque he luchado por algo, y ese algo eres tu. Eres tu, al único a quien quiero, al único al que necesito, al único al que veo. 
Cuando quiero que el mundo se detenga, solo tengo que ver esa sonrisa tuya tan similar y perfecta.
No busco respuestas, aun que tampoco hago preguntas, guardo este amor que siento por ti dentro de mi corazón, intentaré disimular todo lo que siento al verte, cuando me coges y me besas en el cuello, cosa que sabes que me mata, ¿pero para que negarme? Dejemos las cosas así, yo no preguntaré nada, y tu no me responderás nada. Las cosas han cambiado, lo sabes, te echo de menos, te echo tanto de menos que me cuesta pasar por aquella habitación, ¿recuerdas? Sí, donde compartimos esos maravillosos nueve meses tan especiales para mi, donde nos conocimos, donde pegamos, conectamos, hubo ''química''. Esa aula, la cuatrocientos diecinueve... Haz memoria, fueron muchos momentos, de risa, de enfados, de llantos, de dolor, de amor, esas miradas de adolescentes con ganas de algo mas que una amistad, o eso era lo que me trasmitía tu mirada, pero ya todo paso, de eso hace siete meses, supongo que esta vida no soy para ti, que en otra vida, quizás, seas mío, de nadie mas... Pero mientras tanto, hagamos como si nada, seguiré pasando delante de mi y dedicándote mis mejores sonrisas mientras tu ya has olvidado todo.


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