Pero sabía que tú y yo estábamos hechos para rozarnos, como solíamos planear. Y aunque me cueste convencerte. Y aunque beses otras bocas, mientras te decides. Seguirán pasando los días con ganas de verte por alguna calle perdida. Y darte dos besos, y preguntarte qué tal te va. Y preguntarme si piensas tanto en mí, como yo pienso en ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario